'Fue en un viaje a San Francisco, hace unos dos años.
Cogí un taxi a este puente mientras mi hermana estaba en la ciudad. Estuve allí de pie unas dos horas, mirando abajo, mientras otras personas miraban y se preguntaban cómo de lejos estaba el agua.
Una chica se sentó junto a mí y me preguntó: 'No vas a saltar, ¿verdad?'. Le sonreí y aseguré que no. Que solo era una turista que estaba de paso. Entonces me dijo: 'Te pareces mucho a mi hermana. Lo siento, no quiero incomodarte. Pero tenía que preguntártelo. ¿Puedo abrazarte? ¡Es que te pareces tanto a ella!'. Al principio me pareció un poco raro, pero entonces me di cuenta. '¿Saltó?'. La cara de la chica se arrugó y empezó a llorar. Sin pensarlo dos veces, le abracé, y por alguna razón me disculpé: 'Lo siento'. No estaba segura de qué más podía decir. 'Esas fueron las últimas palabras que me dijo', respondió.
Y nunca olvidaré a esta chica, su nombre es Ariana'
"Hay esperanza. Haz la llamada. Las consecuencias de saltar de este puente son fatales y trágicas"


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